Liderazgo Femenino: Superando la Adicción a la Validación

Validación emocional: Mi historia con la coca…

Sí. Has leído bien.

Estaba rodeada de personas que me la ofrecían todo el tiempo.

En las reuniones. En los pasillos. En cada nuevo reto.
Al principio lo tomaba con disimulo. Después, casi lo exigía.
Y un día, sin darme cuenta… me convertí en una adicta funcional.
Respira tranquila. No voy a confesarte un crimen.

Cuando hablo de “coca”, hablo de algo más insidioso: la necesidad de validación.

Texto en español sobre fondo negro: La validación es la droga más letal del liderazgo. Una franja diagonal blanca en la parte superior repite HEMPOWER. En la esquina inferior derecha aparece un logotipo circular rosa.

Sí, de esa “cocaína emocional” que nos empuja a hacerlo todo perfecto.

A ser la que resuelve. La que sostiene. La que nunca falla.

Yo no lideraba desde mi autenticidad.

Lideraba desde el miedo a no ser suficiente. Desde el temor a que si paraba, me reemplazaban.

Mi éxito era tan visible como agotador. Mi liderazgo tan celebrado como… vacío.

Liderar no es anestesiarte con reconocimiento.
No es ponerte el traje de “mujer fuerte” mientras por dentro te partes en mil.

Liderar es tener el coraje de mirarte de verdad. De soltar el personaje. De incomodar si es necesario.

En HEMPOWER lo decimos claro:

El liderazgo femenino no necesita validación. Necesita presencia.

La presencia que no pide permiso.
Que no se excusa por ser emocional.
Que no se adorna con títulos, sino con coherencia.

Si alguna vez te sentiste adicta a los aplausos, al control, al resultado perfecto…

No estás sola.

Muchas lo hemos vivido. Y muchas ya estamos liderando desde otro lugar.

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